La Cueva de Altamira se une a la Asociación de Cuevas Turísticas Españolas

La Asociación de Cuevas Turísticas Españolas cuenta con un nuevo socio. Se trata de la Cueva de Altamira, ubicada en Santillana del Mar, Cantabria, y ampliamente conocida por el público general.

Esta adhesión se produce en un momento de crecimiento para ACTE, que en pocas semanas ha sumado tres nuevos miembros a su lista de Cuevas y Minas Turísticas. Estas se unen por un objetivo común: la divulgación, el estudio y la promoción en el ocio de cavidades naturales, siempre desde el respeto por el Medio Ambiente.

De esta manera, la Cueva de Altamira se suma al proyecto turístico de la Asociación de Cuevas Turísticas, basado en la sostenibilidad y en el crecimiento económico respetuoso de las zonas rurales españolas.

En el caso de Altamira, esta “la Cueva de Altamira se encuentra en el norte de España, en la región central de Cantabria, entre los límites de los términos municipales de Santillana del Mar y Reocín. El paisaje es suave hacia el norte, formado por pequeñas sierras litorales, el tramo bajo del río Saja y la llanura litoral. Al sur hay fuertes relieves montañosos y al fondo los Picos de Europa. A pocos kilómetros se encuentran otras cuevas con ocupaciones humanas y arte rupestre del Paleolítico superior como La Clotilde, Las Brujas, Las Aguas, El Linar y Cualventi, entre otras”.

Altamira tiene, además, el privilegio de ser el primer lugar del Mundo Subterráneo en el que fueron hallados restos de arte rupestre del Paleolítico superior. Descubierta en 1868, pocos años después llamaría la atención de Marcelino Sanz de Sautuola, quien comenzaría a investigar de manera más detallada los hallazgos encontrados por Modesto Cubillas, vecino de Santillana del Mar.

En cuanto a sus formaciones, Altamira se encuentra en un karst de origen plioceno: “su estructura geológica está formada por estratos casi horizontales de calcarenitas de hasta un metro de espesor, separados por finas capas de arcillas. No obstante, apenas quedan señales de la circulación subterránea del agua, ya que su formación se debe a desplomes del techo y hundimientos gravitacionales del subsuelo. Los desprendimientos se producen en grandes bloques, que dejan estigmas planos, secciones trapezoidales y un suelo formado por caos de bloques desplomados. Uno de estos desprendimientos taponó su acceso hace unos 13.000 años sepultando una parte de la entrada, lugar donde se ubicaron los asentamientos habitacionales durante el Paleolítico”.

Pero el visitante, además, puede ahondar en la evolución artística del ser humano. Bisontes, ciervos, manos y demás figuras realizadas por el hombre que nos permiten conocer más sobre sus creencias y su entorno.

Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1985, esta privilegio se otorgó por dos razones: “por su calidad estética, al considerarse que representa una realización artística única de la cultura magdaleniense, y por ser testimonio excepcional del desarrollo de esta cultura en el sur de Europa”.

Con toda la información disponible ya en nuestra web, os animamos a conocer más sobre este miembro de la Asociación de Cuevas Turísticas Españolas. ¡Bienvenida, Altamira!